La primera noche después del desembarco, no pude dormir. Ruidos amenazadores y ojos brillantes me acechaban en la oscuridad. En algún momento, en un pestañeo, sentí un vaho fétido sobre mi cara y en otro, pelos que rozaban mi brazo. Con un grito los ahuyenté. La segunda tampoco. Al despertar de una breve siesta al mediodía me enteré que ya tenía pareja y no podía desaprovechar la ocasión, que tal vez no volvería a repetirse. A la mañana siguiente el hambre nos atormentaba y no encontramos nada apetecible por los alrededores, a excepción de unos frutos rojos y brillantes que pendían de un árbol, donde merodeaba una extraña criatura reptante, alargada y sin patas. Nos dimos un festín. Al poco tiempo, luego de haber pisado varios montículos y pedruscos malolientes, caímos en la cuenta de que estábamos en verdaderos problemas: no había sanitarios.
Isishayo
13 de November de 2020 / 23:55
Sin palabras 13 de November de 2020 / 23:55
Isishayo
Taller día 13 19 de November de 2020 / 13:33
Laura Elisa Vizcaíno
Respuesta al taller 24 de November de 2020 / 02:04
Isishayo
Ok 27 de November de 2020 / 20:08
Laura Elisa Vizcaíno
 

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