La esfera fue creciendo hasta engullir a Borges y a todo lo que había alrededor de él, de la casa, de la calle de Garay, de la ciudad, del planeta y se expandió hasta cubrir el universo. Todo quedó abarcado por el Aleph y al mismo tiempo estaba afuera, como dentro de un saco transparente con la boca abierta, donde la probabilidad de estar en el interior o en el exterior es la misma y a la vez, igual que no existir –como si fuera tan sencillo definir ese espacio y tiempo infinitos como un lugar o un momento, la existencia como un simple acto de voluntad y la muerte, una claudicación–, donde materia y energía, tiempo y espacio, espíritu y conocimiento no se crean ni se destruyen, solo se transforman y donde todo es posible, hasta la existencia de la nada.
Pitecantropus
17 de October de 2020 / 14:40
Palabras para lo indescriptible 17 de October de 2020 / 14:40
Pitecantropus
Tallereo 1 27 de October de 2020 / 12:23
carlos martín briceño
Respuesta 1 27 de October de 2020 / 15:44
Pitecantropus
tallereo 2 27 de October de 2020 / 19:49
carlos martín briceño
 

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