Supe que demolían la vieja casa de la calle de Garay cuando percibí el momento exacto en que la remoción de escombros –el Aleph incluido– alcanzó el sótano. Fue como si una ola gigantesca me arrastrara, me diera vueltas y tras casi asfixiarme, depositara mi cuerpo en la costa. El universo se mudó a otro sitio y a otro tiempo. Su centro ya no está donde solía estar en aquel escalón hacia la oscuridad subterránea; el mío tampoco. El recuerdo de Beatriz Viterbo lo ocupa ahora otro afán llamado Estela Canto, más tangible, como la arena, las piedras y el rumor de las olas, más luminoso, como estar en la superficie, y tan inquietante y misterioso como esta playa desierta en territorio desconocido.
Pseudónimo
01 de October de 2020 / 15:36
Mudanza 01 de October de 2020 / 15:36
Pseudónimo
Pero Beatriz... 01 de October de 2020 / 21:26
Beatriz
Aunque Estela... 05 de October de 2020 / 12:47
Pseudónimo
Taller selección 16 de October de 2020 / 12:15
Carmen Simón
 

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