La despedida de una madre
Ignorando el tabú, disparó la flecha contra el “hermano de los árboles”. Herido, el primate escapó a lo profundo del bosque. El cazador siguió el rastro de hojas almibaradas en sangre. Al llegar la noche, cansado, se detuvo a dormir bajo un árbol. Soñó con una mujer desnuda de vientre abultado que le suplicó: “Antes de irme para siempre, tienes que hacerme un favor. Mañana, al amanecer, cumplirás mi postrero deseo”. El hombre despertó sobresaltado por un gran peso en el corazón. Con sus últimas fuerzas, la hembra de mono le había acercado su cría recién nacida que se aferraba al pecho del hombre en busca de calor.
Malvadisco
20 de February de 2017 / 23:01
20 de February de 2017 / 23:01
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