Hay una costumbre que no se ha perdido, se recupera años después. Creo que podrías intentar en la primera parte expresar de forma más sugerente tanto el miedo de adentrarse en el bosque como la excitación, si es posible, sin nombrar las sensaciones, sino de una forma más sensorial.
En la segunda parte no entiendo muy bien el adjetivo "impávida", creo que si vive en una ciudad podría ocurrir que reviviera el posible encuentro cuando encontrara algún rastro de naturaleza (un árbol, un parque...), de esta forma quedaría la mini más compacta.
También le daría una vuelta al título, no aporta demasiado. Toma lo que te interese, desecha lo que no y envíame tu nueva versión a mi correo: elisarmas@gmail.com.
Elisa A.
19 de September de 2020 / 14:42
A la hora de la siesta 19 de September de 2020 / 02:34
La ausente
Taller 19 de September de 2020 / 14:42
Elisa A.
 

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