El discreto encanto de los secretos (Versión completa)
Como reconocido hombre de negocios, serio y formal en sus tratos, era frecuente verlo en los eventos más importantes de la sociedad. En ese terreno tan habitual, donde se movía con soltura, cometía sus atracos con destreza. Las joyas más finas y caras eran su debilidad. Terminadas las investigaciones, que jamás llegaron a él, las compañías aseguradoras indemnizaban a las víctimas, como corresponde. Tiempo después –lo razonable para evitar sospechas– , concertaba una cita en la casa de los afectados. Durante la velada, entre una charla amena y buenos vinos, se intercambiaban presentes. Uno contenía el botín y el otro, una suma de dinero en efectivo, según el acuerdo en el trato previo.
Frío lento
19 de September de 2020 / 00:07
19 de September de 2020 / 00:07
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