—Quédate en la silla y no digas nada. Así te ves muy bien, sin hacer ruido, sin hablar —me dice mamá.
Me miro los zapatos; son de charol y tienen una hebilla muy bonita y plateada. Mis calcetas me llegan a las rodillas y mi vestido tiene rosas violetas, azules y amarillas que lo hacen ver más lindo. Me como las uñas. Mi madre dice que es una mala costumbre, que no debería de hacerlo porque mis dedos se van a poner feos, pero a mí me pasa que cuando me da miedo me las como.
Ese señor gordo que habla con mamá es enorme. Respira con dificultad, como si le costara trabajo. Sé cómo es esto, no es la primera vez, pero de cualquier forma no me acostumbro y me gana la ansiedad. Ya terminaron de hablar. Mi mami viene hasta a mí y me dice que sea buena y haga todo lo que él me pida, que regresará por mí en tres horas. Mete a su bolso el dinero que el gordinflón le dio y me promete antes de partir.
—Si me dice que lo complaciste en todo te compraré un helado, chico, porque tienes que mantener tu figura.
Black Dot
18 de September de 2020 / 13:18
Manojito de nervios 18 de September de 2020 / 13:18
Black Dot
Taller 19 de September de 2020 / 08:57
Elisa A.
 

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