La ilusión, la desesperanza, la melancolía y el suspenso son la tónica de Tela de araña, novela que relata las desventuras y ventura de Ariadna, una joven agente del servicio exterior mexicano que, en un viaje que tiene por destino la embajada mexicana en Argelia, hace un alto en el París de Julio Cortázar para confiarle al escritor argentino un secreto que sólo ella conoce.
Ubicada a mediados de la década de los setenta, Gerardo Cruz-Grunerth consigue, en la obsesión de su personaje, adentrarse en los laberintos de Rayuela en una historia que también reconstruye el mundo de una de las voces más influyentes del siglo xx, reviviendo sus rutinas literarias, a sus amigos íntimos, los cafés y sitios que frecuentaba, sus posibles miedos y certezas, para crear una obra que muestra hasta qué punto puede llegar la relación autor-lector.
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