Interrumpimos este programa
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“Leer a Kurt Hackbarth fue descubrir a un narrador original, con gran sentido del humor, tan pronto capaz de mezclar el cuento clásico con la puesta en escena, tan poderoso en los diálogos, cuya precisión ya Hemingway había mostrado, como en la mirada sobre asuntos de lo cotidiano o de lo insólito, lo rural o lo urbano”, dice Mónica Lavin en el prólogo.
El autor explora en este libro diversas realidades tanto fantásticas como habituales de México y Estados Unidos, en el que el lector nunca deja de ser público, agente externo, de un museo móvil, de una obra de teatro itinerante, de una casa de los espejos, de ese circo que es la vida y en la que el fenómeno siempre está en escena e, irónicamente, nunca en la mirada del espectador.
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