La literatura de Elpidia García Delgado, rica en atmósferas intimistas, recrea el mundo de la maquila en el norte de México, en específico la de Ciudad Juárez: ora real, ora ficticia, ora onírica. Con escenografías de fábricas y vivencias de primera mano, sus cuentos narran historias de obreros que se transforman en fantasmas, halcones al acecho, padres en duelo, huérfanos enanos o madres que cuentan miserias para sobrellevar el día a día. Aquí están presentes el patrón déspota, los franceses pícaros, los gringos bonachones, los moteros que dirigen las fábricas o, bien, el relato del roquero retirado que inventa nanotecnología. La autora rememora la doble vida que llevan los trabajadores para soportar el sistema, como el caso del Avispón Mortal y su novia fichera, descubriendo universos inimaginables de una realidad que no suele ser tocada por la literatura.
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