La Santa Inquisición acusa a Diego Torrente, vecino de San Felipe, de ser discípulo del diablo. Lorenzo Trujano, independentista de San Felipe del Obraje, es asesinado por el monstruo de un circo itinerante. Seres vivos y muertos se pasean por las calles, el jardín y el panteón de San Felipe del Progreso, un pueblo del Estado de México en el que Siara, una mujer de caoba, representa al tiempo desde que los mazahuas poblaron estas tierras hasta la actualidad, en las que sus habitantes están acostumbrados a vivir al borde de sucesos mágicos. Miguel Ángel Contreras Nieto, acucioso investigador de la historia de su pueblo, escribe nueve relatos y un himno que no por fantásticos dejan de tener una documentación comprobable o que pertenecen al imaginario colectivo, ése que se cuenta de voz en voz y que permite que el mundo no desaparezca.
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