Te pinto cartas que dejo a medias. Empiezo a escribir pero se nubla mi pluma en los grises.
El tiempo enorme, pesado, laberíntico. La mente girando en una infinita espiral que me envuelve. Torbellinos violetas de emociones que se atoran.
De un tajo entrego lo que dejaste en desuso. Cancelo tu voz y todo aquello que quiera recordarte.
Por la noche, en silencio, quedo atrapado en el ruido cacofónico de las estrellas.
De día, veo a los girasoles fatuos creen que por ser amarillos los tengo que escuchar, pero no saben que ya no los oigo, ni a los cuervos sobrevolando trigales que se acercan como para contarme cosas.
Y decido escribir estas palabras que no voy a enviarte, que nadie va a escuchar, que entierro a pinceladas en campos dorados que muy pronto se vestirán de nieve, cubriendo memorias.
Escucho pasos. Quieren atender la herida y me rehúso. Que no se acerquen. Que nadie vea la oscuridad de mi alma encerrada entre paredes azules. Mejor terminar.
ABAU
25 de April de 2020 / 22:27
THEO 25 de April de 2020 / 22:27
ABAU
 

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