En un principio, usaba la oreja para sostener el lápiz cuando dibujaba. Más tarde, cuando cambió a los pinceles para pintar al oleo, comenzaron los problemas. El pelo y la cara terminaban siempre embadurnados de pintura de todos colores. Probó diversas soluciones, pero el hábito persistía. El brillo de los luceros de una noche estrellada sobre el filo de la navaja le dio la solución.
Johnny Pinto
19 de April de 2020 / 09:31
Brillo inspirador 19 de April de 2020 / 09:31
Johnny Pinto
Taller 24 de April de 2020 / 00:32
F.C. Perezcardenas
Respuesta al taller 24 de April de 2020 / 10:06
Johnny Pinto
OK. Ahora la entiendo... 26 de April de 2020 / 01:40
F.C. Perezcardenas
 

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