La imagen sobre el lienzo es deprimente. Muestra un dormitorio modesto con una ventana al fondo. Sobre la cama, a la derecha, yace un hombre de mediana edad en un charco de sangre; en la mesa a la izquierda, hay vasijas y una navaja. Sobre el piso, descansa la oreja que acaba de cortar. Dos sillas y varios cuadros en las paredes completan el escenario flanqueado por dos puertas. La obra “El dormitorio en Arlés” que se exhibe en el Museo Van Gogh, muestra la escena con crudeza y colorido, a excepción del hombre, la sangre, la navaja y la oreja.