A ella poco le importó si el responsable fue van Gogh, Gaugin o la voluntad divina. De no haber sido por ese incidente doloroso que la puso en boca de todos, hubiera pasado lo mismo que con DaVinci, Miguel Ángel o Rubens. Nade habla, ni por error, de sus orejas.
Serpico
10 de April de 2020 / 19:43
Celebridad (versión correcta) 10 de April de 2020 / 19:43
Serpico
Estupendo aforismo... 11 de April de 2020 / 07:35
Tomás del Rey
Ok, gracias por las observaciones 11 de April de 2020 / 15:13
Serpico
 

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