No imaginaba que en el otoño de su vida conocería lo que en la juventud se le negó. Desde el primer encuentro se enamoró y, tras varios intentos, logró conquistarla. Las visitas se volvieron frecuentes hasta que decidió mudarse a su lado. El idilio perduró años. Todo marchaba de maravilla aquella tarde que, en un momento de arrebato, ella lo abrazó para fusionarse en uno solo. O fue la sordera, o la falta de agilidad, o simplemente la vejez, pero hoy yace en algún lugar desconocido, debajo de toneladas de nieve y hielo, producto de la repentina avalancha.
Marcial Fernández
26 de March de 2020 / 19:05
Sel. de día 4: Sensible pérdida", por Pseudónimo 26 de March de 2020 / 19:05
Marcial Fernández
 

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