A Fede pocos lo conocían por su nombre de pila, qué él prefería sobre esa contracción que lo hacía sentir pequeño e intrascendente y mutilaba su personalidad, partiéndola en dos y dejándole la parte más pobre y miserable.

La primera vez que alguien lo llamó Señor Torres, supo que había dejado de ser ese chamaco insignificante al que todo el mundo ninguneaba. Que fuera distinguido por el apellido de sus ancestros le infundía seguridad y orgullo, y le hacía sentir respetable.

Poco le duró el gusto. La calvicie y el encanecimiento prematuros hicieron que adquiriera rápidamente un don que lo deja prácticamente en las mismas condiciones de antes.
Murata
21 de March de 2020 / 01:02
Don Fede (Fuera de concurso) 21 de March de 2020 / 01:02
Murata
 

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