Tarde de cine
Lo que el viento se llevó (1939)
Pese a su estado, el tornado le produjo una impresión que difícilmente se borrará de su memoria. Lo que no recuerda es de dónde demonios salió ese señor que duerme todos los días a su lado en la cama.
Los cañones de Navarone (1961)
De aquellos soldados del batallón que en cada reunión social presumían de su armamento, haberes y hazañas, cada día quedan menos. De su equipo, solo tristes y menguados recuerdos que quedan en evidencia cuando se encuentran en los baños en cada nuevo funeral.
Muerte en Venecia (1971)
No fueron el tiempo, ni la desmemoria o la osteoporosis los que la vencerían, menos aún la falta de acción y romance, sino aquellos implantes enormes que la precipitaron del balcón la noche de la serenata.
Cuatro bodas y un funeral (1994)
En su declaración, la acusada afirmó que los verdaderos autores materiales de la muerte eran cuatro extranjeros de apellidos Parkinson, Alzheimer, Wernicke y Broca que cohabitaban con su madre y la habían golpeado hasta dejarla sin vida. Ella, por su parte, solamente había bajado el interruptor del aparato de soporte respiratorio.
Parásitos (2020)
Ya no encuentra la manera hacerle entender que ella y sus hermanos son sus hijos, y el hombre calvo y de lentes del retrato de la sala es su finado esposo, no unos hijoeputa vividores que se aprovechan de que está vieja y sola, y el señor del cuadro, el Papa.
Pese a su estado, el tornado le produjo una impresión que difícilmente se borrará de su memoria. Lo que no recuerda es de dónde demonios salió ese señor que duerme todos los días a su lado en la cama.
Los cañones de Navarone (1961)
De aquellos soldados del batallón que en cada reunión social presumían de su armamento, haberes y hazañas, cada día quedan menos. De su equipo, solo tristes y menguados recuerdos que quedan en evidencia cuando se encuentran en los baños en cada nuevo funeral.
Muerte en Venecia (1971)
No fueron el tiempo, ni la desmemoria o la osteoporosis los que la vencerían, menos aún la falta de acción y romance, sino aquellos implantes enormes que la precipitaron del balcón la noche de la serenata.
Cuatro bodas y un funeral (1994)
En su declaración, la acusada afirmó que los verdaderos autores materiales de la muerte eran cuatro extranjeros de apellidos Parkinson, Alzheimer, Wernicke y Broca que cohabitaban con su madre y la habían golpeado hasta dejarla sin vida. Ella, por su parte, solamente había bajado el interruptor del aparato de soporte respiratorio.
Parásitos (2020)
Ya no encuentra la manera hacerle entender que ella y sus hermanos son sus hijos, y el hombre calvo y de lentes del retrato de la sala es su finado esposo, no unos hijoeputa vividores que se aprovechan de que está vieja y sola, y el señor del cuadro, el Papa.
Pseudónimo
19 de March de 2020 / 13:47
19 de March de 2020 / 13:47
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