Visita íntima
Malvadisco

Santa Claus detiene los relojes para repartir los regalos por todo el mundo en una sola noche. Después de esparcir polvo mágico , los elfos se desplazan por encima de los paralizados niños, mientras hurgan en cualquier tenso orificio que se ablanda ante la promesa de una bicicleta. A la mañana siguiente, con la emoción de aquel fabuloso regalo, los infantes ignoran la pesadilla y se mantienen estáticos contemplando el vehículo. Ante la insistencia de los padres, los chicos se niegan: es el dolor, y no el miedo, lo que les impide la proeza de montar en bicicleta.