En su viaje a la eternidad, los muertos son tentados por el Demonio. Aquellos que fueron abyectos, a esos no es necesario seducirlos, llegan por derecho y méritos extraordinarios. Es el caso de los dictadores, miembros de juntas militares y políticos. A los justos, en cambio, hay que cautivarlos a base de quimeras, prometerles un hotel de cinco diamantes, manjares y ropas de diseñador. Una vez que aceptan, se negocia el alma por el importe de su factura.
Marcial Fernández
28 de February de 2020 / 16:17
Sel. día 4, "Las vacaciones", por Black Dot 28 de February de 2020 / 16:17
Marcial Fernández
 

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