La Muerte, después de haber barrido con casi todas las vidas de esa ciudad, sintió cansancio y se tiró al césped, boca arriba. En ese rato, un zombie hambriento que pasaba por ahí, se percató de su presencia y no dudó en recogerla: dobló el esqueleto, se lo puso bajo el brazo y se retiró. Cuando llegó a su casa, fue a la cocina y - como en vida había sido chef- hizo de los huesos una sopa Levantamuertos para chuparse los dedos.

Desde esa vez, refiere la Historia, comenzó la inmortalidad.
Marcial Fernández
28 de February de 2020 / 16:15
Sel. día 4, "Inicio", por H.R. 28 de February de 2020 / 16:15
Marcial Fernández
 

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