De niña la llevaba de la mano, jugando a ir y venir como olas en la orilla. Fue después un amante voraz. La colmaba de regalos que luego le arrebataba caprichoso para volver a entregarle otros nuevos. A veces él se detenía. En ese instante de pausa cabía toda la luz del mundo; pero, si el paréntesis se alargaba, un olor a agua podrida dejaba al descubierto su naturaleza traicionera. Ahora, al tiempo que pasa ella no le perdona que, convertido en marido indiferente, la conduzca del brazo, con su tic-tac feroz, hacia la meta.
Raquel
09 de January de 2020 / 10:39
Chronos 09 de January de 2020 / 10:39
Raquel
Taller 24 de January de 2020 / 15:42
Lucía
Chronos 2 24 de January de 2020 / 19:13
Raquel
Taller 2 25 de January de 2020 / 02:05
Lucía
Sííí 27 de January de 2020 / 12:28
Circe
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.