Los revisados por Federico Schaffler
SELECCIÓN 1
DESIERTA
SELECCIÓN 2
DESIERTA
SELECCIÓN 3
DESIERTA
SELECCIÓN 4
Sincretismo
Una escribidora
Con flores y cadenas de papel picado terminamos el altar de muertos. Las fotos de los abuelos, tíos y primos, comparten lugar con la de nuestros amigos y vecinos de la gran manzana. También hay una mezcla de comidas y bebidas. Desde la recámara me llegan los rezongos de mi hija en inglés: ayuda a las nietas con sus disfraces de Halloween.
Destapo una botella de tequila. Le robo un traguito a mi viejito querido. “Nomás uno, ¿eh?”, me advierte desde su foto.
Brindo por todos.
Seleccionador Marcial Fernández
Caía del cielo y cubría la tierra
Aarón
Se sentía halagada cada vez que le proponían aquella interpretación frente a un grupo de jóvenes. En el Nivel 7 todo estaba preparado: el confeti, los focos halógenos, el sonido grabado de los truenos. Se sumergió en sus recuerdos de niña. Las gotas de lluvia sobre la cara, los charcos en aquello que llamaban “calles”, el agua escurriendo por los cristales de… ¡cuál era el nombre! ¿Ventanas?
La última persona viva que había visto llover en la Tierra, dio comienzo a la representación de lo que recordaba de un día de lluvia.
Seleccionador Marcial Fernández
SELECCIÓN 5
DESIERTA
SELECCIÓN 6
Lamentos de una madama
Aarón
Desde la última crisis global, los clientes habituales del burdel y los turistas se ajustaron el cinturón. Nada de subir con dos o tres señoritas a practicar las fantasías que son nuestra especialidad. Algunos las contratan y, de complemento extra, una banana, o papaya, o un racimo de uvas. Los más, para reducir costos, ni señorita piden.
Seleccionadora: Daniela Truman
SELECCIÓN 7
Horizontes
Manlyf
Me dispuse a cruzar el río, frontera de mi país. Un letrero a mi espalda decía: “Hasta pronto”; en la otra orilla un cartel daba la bienvenida, “Welcome”. Antes de partir guardé arena y guijarros en mis bolsillos para no olvidar. A mitad del río el peso de los recuerdos hizo que cayera embadurnándome de cieno. Según la cultura del nuevo país, aquellos que se vieran envueltos en fango serian personas non gratas, y según el mío, aquellos que no estuviesen limpios serian considerados peligrosos. Únicamente quedaba dejarme arrastrar por la corriente en busca de nuevas orillas, esta vez sin equipaje.
Seleccionador: José M. Nuévalos - (taller a cuenta de SAPO)
SELECCIÓN 8
Todo Por Un Sueño
Aarón
El paquebote del cauchero peruano Fitzcarraldo avanza lentamente surcando la montaña, sin importarle cuantas vidas cueste vencer al río. Nada es opaco a la mente iluminada de codicia. Si no es oro blanco es oro negro: todo oro brilla, aunque no todo cuanto brilla es oro. Un gramófono expande la voz de Caruso, cual Jonás clarividente engullido por la fuerza predadora de la selva amazónica: “¡Ridi, Pagliaccio, sul tuo amore infranto!”, para disfrute y deleite de jaguares, anacondas, cocodrilos y guacamayos.
Seleccionadora: Tequila
SELECCIÓN 9
DESIERTA
SELECCIÓN 10
Antiguo Testamento
Enigmática
Los lingüistas del universo se concentraron en un parlamento, pero los cimientos del saber fueron sacudidos por la inconsciencia. La Torre de Babel no se mantendría en pie por mucho tiempo.
SELECCIÓN 11
DESIERTA
SELECCIÓN 12
Vuelta a Babel
Black Dot
El edificio se alzaba hacia las nubes. Hombres de naciones lejanas vinieron para ayudar a construirlo. Inmensas grúas, como dinosaurios metálicos, se podían ver desde la lejanía, moviendo su cuello largo en cámara lenta, mientras cargaban pesados materiales para llevar de un lado a otro. De las tantas lenguas y tantas nacionalidades en ese lugar nadie sabía si lo que ahí se erigía era templo, escuela o presidio.
Seleccionador El último Abencerraje
Celestina de libre albedrío
Aarón
La vieja zurrona se siente ya mayor para andar trasteando con sus potingues arriba y abajo por la tragicomedia. Se duele de los muchos actos que tiene la obra y de brincar, de página en página, con su carromato cargado de peines, ovillos, perfumes y pócimas para el mal de amores. Además, los que se llevan la fama son esos descerebrados de Calisto y Melibea que ni siquiera — piensa —, aciertan a dominar sus calenturas. No, ella ya no tiene el cuerpo para esos trotes, necesita algo que esté más a su altura. Por contactos de aquí y allá, le llegan noticias de una obrilla en una estantería superior donde, acaso, podría mercadear sus servicios con mayores holguras. Conforme se va acercando a la repisa, escucha la doliente voz que surge del abismo interior del libro: “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta”. Su olfato de mediadora le dice que para ese menester, no le harán falta andadores. Y mientras golpea en el portal de la comitragedia, se relame entre aquellas palabras que anticipan los banquetes que la aguardan a libro abierto.
Seleccionador: El último Abencerraje
SELECCIÓN 13
DESIERTA
SELECCIÓN 14
Personaje en busca de autor
Aarón
Tal vez la lectura empujó a Alonso Quijano a soñar. Y quizá sus sueños lo impulsaron a las aventuras, las aventuras a las cuitas y las cuitas a la bendita locura de soñarse Caballero Andante por éstos y aquellos caminos de Dios; dando —y para su infortunio, aún más recibiendo —, lanzadas a diestro y siniestro montado en esquelético rocín. O acaso tan sólo, el Quijano se soñó loco para abrir y colarse a pica abierta —a través de la poderosa maga Cenotia—, por las puertas de algún sueño de aquel soldado y buen varón que fue Cervantes Saavedra, quien penaba evocando errantes Galateas de la ribera del Tajo, mientras yacía cautivo en sarracena mazmorra de los baños de Argel.
Seleccionador: La Marina de Ficticia
SELECCIÓN 15
Cita a ciegas
Aarón
"Para amistad, o lo que surja", rezaba su anuncio. Yo tenía pensado comenzar hablándole de literatura, porque soy de Letras y porque es la práctica de sexo oral más delicada que conozco, pero ella, nada más verme, dijo: –Necesito una copa – y enseguida me percaté de que aquello iba a ser algo salvaje. – ¿En tu casa o en la mía? –atiné a decirle a aquella morenaza que hacía pestañear hasta los ojos de las cerraduras. –He crrruzado océanos de tiempo parrra encontrrrarrrte, así que ni en la una ni en la otrrra –dijo antes de abalanzarse sobre mi garganta. Primero sentí ingravidez, luego me llegó como un sabor amargo a tierra mojada y a raíces del bosque. Recuerdo que temía cerrar los ojos por si ya no volvía a abrirlos. “Vamp”, así se hacía llamar la morena, desapareció igual que había llegado. Ahora soy yo quien pone anuncios, aunque todavía guardo antiguos prejuicios de mi educación mortal, cuando me enseñaron que un caballero jamás debe morder el cuello de una dama sin su consentimiento. Pero en ello estamos, instruyendo a mis donantes, convenciéndolas de que ser vampiro implica una gran esperanza y un compromiso a largo plazo. De algo tiene que servir mi doctorado en lenguas muertas. ¿Les dije que yo era de Letras?
Seleccionador: Grog
SELECCIÓN 16
Sobrevivientes
Navegando entre líneas
Después de tanto escarbar, descubrió el secreto de cómo se erigieron los grandes monumentos de la antigüedad. Había sido otra cultura, otra civilización que desapareció después de la Gran Guerra. Un arma letal que se transformó en una nube en forma de hongo los aniquiló y no dejó huella de ellos más que sus ciudades intactas. Prefirió sepultar la evidencia bajo las arenas del desierto. Los habitantes actuales, no estaban preparados para saber que aquellas grandes construcciones no fueron erigidas para las cucarachas.
Seleccionador: José M. Nuévalos
SELECCIÓN 17
Primer mundo
Navegando entre líneas
La familia de inmigrantes caminaba de noche y se escondía durante las horas nocturnas para evadir la patrulla fronteriza. Encontraron un punto vulnerable en el muro y, a través de un túnel, pasaron al otro lado. El rumor del agua los atrajo, pero los interceptó la guardia migratoria antes de que llegaran a ver los árboles, las fuentes, los animales y todas esas maravillas que se les negaba en su lado del mundo convertido, después de la última guerra, en un basurero nuclear.
Seleccionador: La Marina de Ficticia
SELECCIÓN 18
Los signos del odio
Navegando entre líneas
En la moderna urbe, no quedaba nadie que entendiera su idioma de señas. A cambio, lo intervinieron para corregir su sordera. Agradecido, aprendió la nueva lengua. Pronto reconoció las frases de rencor contra él y su gente, "inmigrantes aprovechados". Con los oídos sangrantes, escapó, dejando perdidas las palabras de rechazo dentro del implante coclear.
Seleccionadora: Carmen Simón
SELECCIÓN 19
DESIERTA
SELECCIÓN 20
DESIERTA
DESIERTA
SELECCIÓN 2
DESIERTA
SELECCIÓN 3
DESIERTA
SELECCIÓN 4
Sincretismo
Una escribidora
Con flores y cadenas de papel picado terminamos el altar de muertos. Las fotos de los abuelos, tíos y primos, comparten lugar con la de nuestros amigos y vecinos de la gran manzana. También hay una mezcla de comidas y bebidas. Desde la recámara me llegan los rezongos de mi hija en inglés: ayuda a las nietas con sus disfraces de Halloween.
Destapo una botella de tequila. Le robo un traguito a mi viejito querido. “Nomás uno, ¿eh?”, me advierte desde su foto.
Brindo por todos.
Seleccionador Marcial Fernández
Caía del cielo y cubría la tierra
Aarón
Se sentía halagada cada vez que le proponían aquella interpretación frente a un grupo de jóvenes. En el Nivel 7 todo estaba preparado: el confeti, los focos halógenos, el sonido grabado de los truenos. Se sumergió en sus recuerdos de niña. Las gotas de lluvia sobre la cara, los charcos en aquello que llamaban “calles”, el agua escurriendo por los cristales de… ¡cuál era el nombre! ¿Ventanas?
La última persona viva que había visto llover en la Tierra, dio comienzo a la representación de lo que recordaba de un día de lluvia.
Seleccionador Marcial Fernández
SELECCIÓN 5
DESIERTA
SELECCIÓN 6
Lamentos de una madama
Aarón
Desde la última crisis global, los clientes habituales del burdel y los turistas se ajustaron el cinturón. Nada de subir con dos o tres señoritas a practicar las fantasías que son nuestra especialidad. Algunos las contratan y, de complemento extra, una banana, o papaya, o un racimo de uvas. Los más, para reducir costos, ni señorita piden.
Seleccionadora: Daniela Truman
SELECCIÓN 7
Horizontes
Manlyf
Me dispuse a cruzar el río, frontera de mi país. Un letrero a mi espalda decía: “Hasta pronto”; en la otra orilla un cartel daba la bienvenida, “Welcome”. Antes de partir guardé arena y guijarros en mis bolsillos para no olvidar. A mitad del río el peso de los recuerdos hizo que cayera embadurnándome de cieno. Según la cultura del nuevo país, aquellos que se vieran envueltos en fango serian personas non gratas, y según el mío, aquellos que no estuviesen limpios serian considerados peligrosos. Únicamente quedaba dejarme arrastrar por la corriente en busca de nuevas orillas, esta vez sin equipaje.
Seleccionador: José M. Nuévalos - (taller a cuenta de SAPO)
SELECCIÓN 8
Todo Por Un Sueño
Aarón
El paquebote del cauchero peruano Fitzcarraldo avanza lentamente surcando la montaña, sin importarle cuantas vidas cueste vencer al río. Nada es opaco a la mente iluminada de codicia. Si no es oro blanco es oro negro: todo oro brilla, aunque no todo cuanto brilla es oro. Un gramófono expande la voz de Caruso, cual Jonás clarividente engullido por la fuerza predadora de la selva amazónica: “¡Ridi, Pagliaccio, sul tuo amore infranto!”, para disfrute y deleite de jaguares, anacondas, cocodrilos y guacamayos.
Seleccionadora: Tequila
SELECCIÓN 9
DESIERTA
SELECCIÓN 10
Antiguo Testamento
Enigmática
Los lingüistas del universo se concentraron en un parlamento, pero los cimientos del saber fueron sacudidos por la inconsciencia. La Torre de Babel no se mantendría en pie por mucho tiempo.
SELECCIÓN 11
DESIERTA
SELECCIÓN 12
Vuelta a Babel
Black Dot
El edificio se alzaba hacia las nubes. Hombres de naciones lejanas vinieron para ayudar a construirlo. Inmensas grúas, como dinosaurios metálicos, se podían ver desde la lejanía, moviendo su cuello largo en cámara lenta, mientras cargaban pesados materiales para llevar de un lado a otro. De las tantas lenguas y tantas nacionalidades en ese lugar nadie sabía si lo que ahí se erigía era templo, escuela o presidio.
Seleccionador El último Abencerraje
Celestina de libre albedrío
Aarón
La vieja zurrona se siente ya mayor para andar trasteando con sus potingues arriba y abajo por la tragicomedia. Se duele de los muchos actos que tiene la obra y de brincar, de página en página, con su carromato cargado de peines, ovillos, perfumes y pócimas para el mal de amores. Además, los que se llevan la fama son esos descerebrados de Calisto y Melibea que ni siquiera — piensa —, aciertan a dominar sus calenturas. No, ella ya no tiene el cuerpo para esos trotes, necesita algo que esté más a su altura. Por contactos de aquí y allá, le llegan noticias de una obrilla en una estantería superior donde, acaso, podría mercadear sus servicios con mayores holguras. Conforme se va acercando a la repisa, escucha la doliente voz que surge del abismo interior del libro: “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta”. Su olfato de mediadora le dice que para ese menester, no le harán falta andadores. Y mientras golpea en el portal de la comitragedia, se relame entre aquellas palabras que anticipan los banquetes que la aguardan a libro abierto.
Seleccionador: El último Abencerraje
SELECCIÓN 13
DESIERTA
SELECCIÓN 14
Personaje en busca de autor
Aarón
Tal vez la lectura empujó a Alonso Quijano a soñar. Y quizá sus sueños lo impulsaron a las aventuras, las aventuras a las cuitas y las cuitas a la bendita locura de soñarse Caballero Andante por éstos y aquellos caminos de Dios; dando —y para su infortunio, aún más recibiendo —, lanzadas a diestro y siniestro montado en esquelético rocín. O acaso tan sólo, el Quijano se soñó loco para abrir y colarse a pica abierta —a través de la poderosa maga Cenotia—, por las puertas de algún sueño de aquel soldado y buen varón que fue Cervantes Saavedra, quien penaba evocando errantes Galateas de la ribera del Tajo, mientras yacía cautivo en sarracena mazmorra de los baños de Argel.
Seleccionador: La Marina de Ficticia
SELECCIÓN 15
Cita a ciegas
Aarón
"Para amistad, o lo que surja", rezaba su anuncio. Yo tenía pensado comenzar hablándole de literatura, porque soy de Letras y porque es la práctica de sexo oral más delicada que conozco, pero ella, nada más verme, dijo: –Necesito una copa – y enseguida me percaté de que aquello iba a ser algo salvaje. – ¿En tu casa o en la mía? –atiné a decirle a aquella morenaza que hacía pestañear hasta los ojos de las cerraduras. –He crrruzado océanos de tiempo parrra encontrrrarrrte, así que ni en la una ni en la otrrra –dijo antes de abalanzarse sobre mi garganta. Primero sentí ingravidez, luego me llegó como un sabor amargo a tierra mojada y a raíces del bosque. Recuerdo que temía cerrar los ojos por si ya no volvía a abrirlos. “Vamp”, así se hacía llamar la morena, desapareció igual que había llegado. Ahora soy yo quien pone anuncios, aunque todavía guardo antiguos prejuicios de mi educación mortal, cuando me enseñaron que un caballero jamás debe morder el cuello de una dama sin su consentimiento. Pero en ello estamos, instruyendo a mis donantes, convenciéndolas de que ser vampiro implica una gran esperanza y un compromiso a largo plazo. De algo tiene que servir mi doctorado en lenguas muertas. ¿Les dije que yo era de Letras?
Seleccionador: Grog
SELECCIÓN 16
Sobrevivientes
Navegando entre líneas
Después de tanto escarbar, descubrió el secreto de cómo se erigieron los grandes monumentos de la antigüedad. Había sido otra cultura, otra civilización que desapareció después de la Gran Guerra. Un arma letal que se transformó en una nube en forma de hongo los aniquiló y no dejó huella de ellos más que sus ciudades intactas. Prefirió sepultar la evidencia bajo las arenas del desierto. Los habitantes actuales, no estaban preparados para saber que aquellas grandes construcciones no fueron erigidas para las cucarachas.
Seleccionador: José M. Nuévalos
SELECCIÓN 17
Primer mundo
Navegando entre líneas
La familia de inmigrantes caminaba de noche y se escondía durante las horas nocturnas para evadir la patrulla fronteriza. Encontraron un punto vulnerable en el muro y, a través de un túnel, pasaron al otro lado. El rumor del agua los atrajo, pero los interceptó la guardia migratoria antes de que llegaran a ver los árboles, las fuentes, los animales y todas esas maravillas que se les negaba en su lado del mundo convertido, después de la última guerra, en un basurero nuclear.
Seleccionador: La Marina de Ficticia
SELECCIÓN 18
Los signos del odio
Navegando entre líneas
En la moderna urbe, no quedaba nadie que entendiera su idioma de señas. A cambio, lo intervinieron para corregir su sordera. Agradecido, aprendió la nueva lengua. Pronto reconoció las frases de rencor contra él y su gente, "inmigrantes aprovechados". Con los oídos sangrantes, escapó, dejando perdidas las palabras de rechazo dentro del implante coclear.
Seleccionadora: Carmen Simón
SELECCIÓN 19
DESIERTA
SELECCIÓN 20
DESIERTA
La Coordinación de La Marina
21 de November de 2019 / 08:34
21 de November de 2019 / 08:34
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