Creadores
Incluso sorda, la Macarrona seguía bailando como una diosa. Con ver danzar los dedos de Gaspar del Gastor entre las cuerdas de la guitarra, le sobraba para llevar el compás. Cuando reñían él gozaba despistándola. Nacieron así las bulerías por martinete, las alegrías aseguiriyás y el zapateao a puntapiés.
Raquel
16 de November de 2019 / 07:43
16 de November de 2019 / 07:43
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