Pese a las cuencas vacías, a los oídos reventados, a las piernas de madera y a las manos convertidas en muñones avanzaban en perfecta formación, guiados tan solo por la vibración que producían sus pasos al unísono. La cadencia marcial de aquellos despojados enardecía en el público los deseos de iniciar la próxima contienda.
Raquel
13 de November de 2019 / 17:48
El desfile de la victoria 13 de November de 2019 / 17:48
Raquel
Taller 19 de November de 2019 / 00:10
Laura Elisa Vizcaíno
Corrección 19 de November de 2019 / 13:09
Raquel
Entendido 22 de November de 2019 / 03:15
Laura Elisa Vizcaíno
 

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