Desde la última crisis global, los clientes habituales del burdel y los turistas se ajustaron el cinturón. Nada de subir con dos o tres señoritas a practicar las fantasías que son nuestra especialidad. Algunos las contratan y, de complemento extra, una banana, o papaya, o un racimo de uvas. Los más, para reducir costos, ni señorita piden.
Daniela Truman
28 de October de 2019 / 09:56
Selección del día 6: "Lamentos de una madama", de Aaron 28 de October de 2019 / 09:56
Daniela Truman
 

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