Llegó desde las montañas a esa gran ciudad y, como nadie entendía su lenguaje, lo recluyeron en un hospital. Cuando lo intervinieron, fue como si lo mutilaron al forzarlo a aprender la lengua del país. Aquellas caras pétreas y los sonidos que salían de sus bocas, adquirieron significado cuando entendió las voces de rencor contra él y su gente a los que llamaban los “enanos locos”.Se escapó para volver a leer las palabras entre las manos cálidas de su pueblo, no sin antes desprenderse del implante coclear.
Navegando entre líneas
19 de October de 2019 / 04:53
Muñones 19 de October de 2019 / 04:53
Navegando entre líneas
Taller 23 de October de 2019 / 12:35
Carmen Simón
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.