CITA A CIEGAS
"Para amistad, o lo que surja", rezaba su anuncio. Yo tenía pensado comenzar hablándole de literatura, porque soy de Letras y porque es la práctica de sexo oral más delicada que conozco, pero ella, nada más verme, dijo: –Necesito una copa – y enseguida me percaté de que aquello iba a ser algo salvaje. – ¿En tu casa o en la mía? –atiné a decirle a aquella morenaza que hacía pestañear hasta los ojos de las cerraduras. –He crrruzado océanos de tiempo parrra encontrrrarrrte, así que ni en la una ni en la otrrra –dijo antes de abalanzarse sobre mi garganta. Primero sentí ingravidez, luego me llegó como un sabor amargo a tierra mojada y a raíces del bosque. Recuerdo que temía cerrar los ojos por si ya no volvía a abrirlos. “Vamp”, así se hacía llamar la morena, desapareció igual que había llegado. Ahora soy yo quien pone anuncios, aunque todavía guardo antiguos prejuicios de mi educación mortal, cuando me enseñaron que un caballero jamás debe morder el cuello de una dama sin su consentimiento. Pero en ello estamos, instruyendo a mis donantes, convenciéndolas de que ser vampiro implica una gran esperanza y un compromiso a largo plazo. De algo tiene que servir mi doctorado en lenguas muertas. ¿Les dije que yo, antes, era de Letras?
Aarón
15 de October de 2019 / 00:20
15 de October de 2019 / 00:20
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