Metamorfosis en el Castillo de Kafka
Después de un sueño intranquilo, Escarabajo despertó en la cama convertido en un monstruoso josef k, de profesión agrimensor. El dinosaurio de Monterroso, que aún estaba allí, exclamó: “No hay sitio para mí ante tamaña irrealidad”, y desapareció seguido por el estruendo de latas que un adolescente Jekyll/Hide había atado a su cola. Desde las almenas, un febril Alonso Quijano, enfermo de libros, baila una contradanza agarrado a su armadura mientras canta a voz en grito que aquellos no son tales molinos, sino remolinos con los que el infame Frestón oculta a los malvados gigantes. El apolillado fantasma de don Juan pugna por traspasar los muros del convento vecino, a la busca y captura de su añorado y pubescente botín de novicias. Mientras, junto al foso del puente levadizo, Wendy y Alicia sonríen y agitan con fuerza las aguas del espejo. Edipo y Borges, cogidos del brazo, se internan por el laberinto.
Aarón
11 de August de 2019 / 00:16
11 de August de 2019 / 00:16
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