La definitiva: TREN NOCTURNO
En medio del lóbrego bochorno –asido a la manivela del techo del vagón, tenía frío– y no a causa de la velocidad. Había tomado en su pueblo el primer tren. El corazón se le salía a pesar de que no era la primera vez que atravesaba confines. Ya lo habían deportado varias veces. No tenía otra salida. Esculcó el bolsillo trasero para ver la carta de su padre, escrita para darse ánimos. Le daba tristeza saber que no vería a su familia por largo tiempo, que su joven y amorosa compañera tal vez lo olvidaría; no tenía opciones. Ese fue su último pensamiento.
Lo encontraron en la en la frontera, cuando el maquinista se dio cuenta de que una parvada de auras circunvolaba sobre un vagón.
—No tiene documentos –Dijo uno de los inspectores.
—Entonces no se le puede deportar… Tiene un papel, ¿de qué se trata?
—Parece una carta de sus padres: «No te preocupes hijo, todo se va a resolver. Lo importante es que trabajes»
Lo encontraron en la en la frontera, cuando el maquinista se dio cuenta de que una parvada de auras circunvolaba sobre un vagón.
—No tiene documentos –Dijo uno de los inspectores.
—Entonces no se le puede deportar… Tiene un papel, ¿de qué se trata?
—Parece una carta de sus padres: «No te preocupes hijo, todo se va a resolver. Lo importante es que trabajes»
Maquinista
10 de August de 2019 / 13:40
10 de August de 2019 / 13:40
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