Segundo mandamiento
Hallábanse en la disyuntiva de un halo:
—¡No puede ser que las leyes de la naturaleza jueguen a los dados! —exclama Pepona, buscando una justificación a su libre albedrío.
—¡No, no puede ser: Cupido, ha utilizado tu corazón y el mío en vano! —replica Pepón, en pos de encontrar una razón divina.
—¡No puede ser que las leyes de la naturaleza jueguen a los dados! —exclama Pepona, buscando una justificación a su libre albedrío.
—¡No, no puede ser: Cupido, ha utilizado tu corazón y el mío en vano! —replica Pepón, en pos de encontrar una razón divina.
Gata Blues
13 de July de 2019 / 16:32
13 de July de 2019 / 16:32
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