Cuando los Reyes Magos llegaron a la casa de Arturo con sus regalos, encontraron un escenario dantesco. El chamaco malparido, blandía un serrucho con actitud retadora bajo el dintel de la puerta, detrás de su hermanito partido en dos.

—A ver si es cierto que son tan magos como dicen—exclamó con insolencia al verlos —. A ver, peguen a Panchito, si pueden.
el efante
13 de December de 2016 / 22:48
Desafío a la magia 13 de December de 2016 / 22:48
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Laura Elisa Vizcaíno
 

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