De gira por el Peloponeso, una ojerosa y encadenada Helena recorre todos los teatros reviviendo las escenas más célebres de su mítico secuestro. Cada noche, tras recibir los escupitajos de las gradas y escuchar su nombre unido a las treinta y cuatro declinaciones del vocablo «ramera» —treinta y cinco contando la forma impura del lenguaje que articulan los esclavos ilotas—, terminada la representación, ella y su salaz empresario, el ciego Homero, se reparten mano a mano, copa a copa, trago a trago, unos pocos dracmas y unas cuantas jarras de anisado ouzo, mientras brindan por los amores perdidos, se ríen de los dioses, maldicen a los reyes y lloran, por un igual, por los buenos y los malos tiempos pasados y por todas las estatuas caídas.
Sheldon
07 de July de 2019 / 16:22
Catarsis 07 de July de 2019 / 16:22
Sheldon
Taller - Seleccionado 08 de July de 2019 / 11:55
SAPO
Gracias Don Sapo 08 de July de 2019 / 16:07
Sheldon
Me gusta 15 de July de 2019 / 22:35
El Yeti
Gracias Yeti, por leer y comentar 18 de July de 2019 / 10:05
Sheldon
 

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