Manía
MANÍA
Entró en la consulta y se sentó frente al galeno.
-¿Cómo estás, María?
Mirando un retrato de Sigmund Freud que colgaba en la pared, María sólo sonrió.
-¿Sientes que te sigue persiguiendo ese hombre?
-No.
-Entonces, ¿estás bien?
La mujer llevó las manos a su vientre yermo y, acariciándolo con ternura, respondió como en extasis:
Sí; ahora espero un hijo suyo.
Entró en la consulta y se sentó frente al galeno.
-¿Cómo estás, María?
Mirando un retrato de Sigmund Freud que colgaba en la pared, María sólo sonrió.
-¿Sientes que te sigue persiguiendo ese hombre?
-No.
-Entonces, ¿estás bien?
La mujer llevó las manos a su vientre yermo y, acariciándolo con ternura, respondió como en extasis:
Sí; ahora espero un hijo suyo.
Agamenón
09 de May de 2019 / 00:08
09 de May de 2019 / 00:08
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