Se tomó un té calmante para el estómago antes de abordar el vuelo.. En el asiento, respiró profundo, mientras pensaba en paisajes tranquilizadores. Bosque, río, mar… Una oleada de ácido le irritó el estómago, pero no rompió su concentración. La gastritis corroía el hule de los óvulos y el contenido se derramaba en su interior. Se quedó callada, no pidió ayuda. No quería imaginarse en la cárcel. Se dejó llevar por la somnolencia que la acunaba. Su último pensamiento fue en la playa, mientras de la boca afloraba la espuma de la cocaína.
Malvadisco
17 de April de 2019 / 04:58
Mente sobre materia 17 de April de 2019 / 04:58
Malvadisco
Taller 17 de April de 2019 / 13:56
José M. Nuévalos
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.