Pequeñas tiranías
Antes de casarse, acordaron varios aspectos de la convivencia, como quién lavaría los platos, quien haría la cama los domingos y sacaría a pasear al perro. Nada hablaron del uso del control remoto del televisor. Durante los dos primeros años, ella optó por escabullirse temprano a la cama para poder ver lo que quisiera. Cuando él llegaba a acostarse, los programas en que restauran casas o los de preguntas y respuestas eran despóticamente reemplazados por infructuosos debates políticos. Ella daba media vuelta y fingía dormir. Él se quedaba insomne y ofendido. Con la llegada del bebé, el conflicto quedó atrás: los tres pasan la noche viendo dibujos animados.
Telares
16 de April de 2019 / 07:01
16 de April de 2019 / 07:01
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