Fatalidad sin respuesta
Fatalidad sin respuesta
La veía acercarse y sufría. Su olor a polvos de talco, el bozo me raspaba y los besos dejaban un hilo de saliva.
Al tiempo que mi madre insistía: —¡Saluda a la tiiita!— resonaba en mi oído la pregunta fatal.
He tratado de ser: alumno aplicado, futbolista, vendedor de helados, bailarín de tango y traficante, en todo he fracasado.
Hoy en esta celda, a mis cuarentaytantos, vuelvo a escuchar: —¿Qué querrás ser cuando seas grande, muñequito?— No hay respuesta.
La veía acercarse y sufría. Su olor a polvos de talco, el bozo me raspaba y los besos dejaban un hilo de saliva.
Al tiempo que mi madre insistía: —¡Saluda a la tiiita!— resonaba en mi oído la pregunta fatal.
He tratado de ser: alumno aplicado, futbolista, vendedor de helados, bailarín de tango y traficante, en todo he fracasado.
Hoy en esta celda, a mis cuarentaytantos, vuelvo a escuchar: —¿Qué querrás ser cuando seas grande, muñequito?— No hay respuesta.
Rospo
08 de March de 2019 / 07:19
08 de March de 2019 / 07:19
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