Ansioso por saber qué me traerá el mañana, anoche, por fin, opté por preguntárselo a mi almohada. Jamás lo había intentado porque, si alguien me oía, me tachaba de lunático. Cuando me acomodé la sentí más mullida que de costumbre, lo que me dio confianza para hacerle saber mi preocupación. Mientras esperaba su respuesta, llegó el sueño más rápido que de costumbre. Hoy, desde temprano, estoy pensando en ir a la bola de cristal porque las almohadas no hablan
esleongo
08 de March de 2019 / 02:06
Buscando el futuro 08 de March de 2019 / 02:06
esleongo
Taller - Seleccionado 08 de March de 2019 / 10:42
SAPO
 

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