Novela negra
Bjorn se detiene ante la puerta del refrigerador, la mano descansa sobre la manija, no tiene apetito, no necesita nada que pueda encontrar en él. Gira la vista y su mirada atraviesa la ventana hasta detenerse en el jardín lleno de nieve. El invierno ha sido particularmente crudo este año. A los ochenta y siete años el frío se hospeda en los huesos , un charco de agua rodea sus pantuflas. Abre el congelador y comprueba que es de ahí de donde gotea.
Una hora después Lars técnico de la compañía Silvent toca la puerta del número 312 de la calle Scåne. Bjorn y Lars se dan la mano, se sientan en la mesa a tomar café, platican de política, del tiempo, del resfriado de la hija más pequeña de Lars, del vacío que dejo Sissi la vieja gata de Bjorn tras su muerte. Media hora después Bjorn acompaña a Lars a la puerta intercambian dinero por una nota de servicio. Bjorn se siente feliz por un momento ha olvidado su soledad, abre el refrigerador, quita el resto de comida que bloquea el agujero del congelador y seca el piso pensando que el televisor está por dejar de funcionar tendrá que llamar al técnico.
Una hora después Lars técnico de la compañía Silvent toca la puerta del número 312 de la calle Scåne. Bjorn y Lars se dan la mano, se sientan en la mesa a tomar café, platican de política, del tiempo, del resfriado de la hija más pequeña de Lars, del vacío que dejo Sissi la vieja gata de Bjorn tras su muerte. Media hora después Bjorn acompaña a Lars a la puerta intercambian dinero por una nota de servicio. Bjorn se siente feliz por un momento ha olvidado su soledad, abre el refrigerador, quita el resto de comida que bloquea el agujero del congelador y seca el piso pensando que el televisor está por dejar de funcionar tendrá que llamar al técnico.
Mapache
20 de February de 2019 / 11:39
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