Nadie quería salir fuera a exponerse a los peligros del mundo exterior. Hasta que uno de los animales se presentó como voluntario para verificar que la tierra fuera habitable de nuevo. Ascendió por una escotilla y, al poco tiempo, la cucaracha regresó con unas hojitas verdes de vegetación, limpias, sin esa efervescencia diabólica que activara los sensores del contador. Las puertas del refugio se abrieron al tener la certeza que la radioactividad se había retirado de la faz de la tierra.
Malvadisco
15 de February de 2019 / 05:09
El arca 15 de February de 2019 / 05:09
Malvadisco
Taller 19 de February de 2019 / 17:30
Elisa A.
 

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