Supe dónde vivía el prójimo y fui hasta su casa. Quería saber quién era ese personaje al que siempre había que ayudar y al que no había que hacerle mal si no quería que me lo hicieran a mí. Cuando llegué hasta su puerta, estoy seguro de que fue él quien me abrió. El muy bravucón creyó que venía a desear a su mujer, me lo hizo saber, y estrelló la puerta en mis narices.
esleongo
07 de February de 2019 / 15:55
Frustración 07 de February de 2019 / 15:55
esleongo
Taller 08 de February de 2019 / 13:15
SAPO
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.