Husmeando en una casa abandonada, descubrí un sótano entrando por el patio trasero. Dada mi afición por estos misteriosos espacios, aparté escombros amontonados por mucho tiempo, y abrí con dificultad la vetusta puerta de madera. Una vez adentro, entre telarañas, bajé tres escalones hasta otra entrada la cual me llevó a una más, y luego a otra. Mi ansiedad iba en aumento a la par con la oscuridad, cada vez que encontraba más puertas, las que seguí abriendo a tientas. Pero me frustré con la última, pues me llevó de nuevo al patio trasero.
esleongo
03 de February de 2019 / 22:48
La última puerta 03 de February de 2019 / 22:48
esleongo
Tallereo tardío 01 de March de 2019 / 02:58
Leonardo Dolengiewich
 

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