Al tocar tierra firme, la puerta se abre y los pasajeros bajan de la nave. Después de tanto tiempo en alta mar, el cuerpo no se adapta a una superficie quieta y prosigue arrullado por las olas. Para romper el hechizo marino, dan saltitos y hacen cabriolas. Durante el viaje, se han forjado amistades y enemistades que llegaran a su fin cuando las parejas de enamorados se dispersen para volver a repoblar la tierra devastada por el diluvio.
Malvadisco
02 de February de 2019 / 05:58
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Malvadisco
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Mónica Brasca
 

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