Por primera vez se citaron en un entorno donde eran hermosos tanto por dentro como por fuera. La conversación fluyó entre risas cómplices y sorbos de café que les recordaba debían volver a la realidad. Tras pagar más bitcoins, subieron a la recamara del hotel. Con el humo del último cigarro, el alto y guapo avatar masculino se desvaneció en la cama. Al salir ella también de su holograma tridimensional, el maquillaje virtual de belleza nórdica y ojos azules se desmenuzó en lágrimas de píxeles. Él se lo había advertido: hasta ahí llegaba el juego de roles. En el mundo real, donde se tenían mutua repugnancia, era imposible un encuentro sexual entre amigos tan poco agraciados.
José M. Nuévalos
02 de January de 2019 / 05:52
Selección día 16/11 - "Otras vidas" - de Malvadisco 02 de January de 2019 / 05:52
José M. Nuévalos
 

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