Otra ronda perdida. Una pieza más que le quitarían. A ese paso solo le quedaba el tórax por apostar. Pero conocía de la codicia del obispo por su corazón. Por eso se lo jugó todo en una mano. Con un póker de ases, la mujer ganó el último juego y, como habían acordado, la santa conservaba su cuerpo intacto que no sería troceado, después de muerta, para reliquias.
Malvadisco
19 de November de 2018 / 23:55
Juego de prendas 19 de November de 2018 / 23:55
Malvadisco
 

Para poder escribir en la Marina, tienes que registrarte como usuario o ingresa.