Después de que se conocieron uno al otro y vieron cómo congeniaban, habían quedado en verse en un entorno en que fueran hermosos tanto por dentro como por fuera. Él apareció en el café con un ramo de violetas que olían tan bien como las originales. Alto, guapo y ella, igualmente, una belleza de ojos azules. No hubo impedimento para que no fueran al hotel. Al salir del sitio, sus personajes se sacudieron del maquillaje virtual. Ahora podían ser amantes, mientras en el mundo real serían aquel par de amigos que le tenían repugnancia a un encuentro sexual entre ellos.
Malvadisco
17 de November de 2018 / 05:59
Otra vida 17 de November de 2018 / 05:59
Malvadisco
Taller 18 de November de 2018 / 07:03
José M. Nuévalos
 

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