Tenía una semana que el barco se había hundido y el hambre nos agobiaba. De entre todas las cosas que habíamos rescatado la caja de cerillos, pensé, nos serviría para decidir quién viviría y quien iba a ser el alimento de los demás. Deseábamos que él Gordo, nuestro amigo más entrañable, perdiera, porque así tendríamos tiempo de ser rescatados antes de tener que jugar otra vez. Nunca pudimos ponernos de acuerdo con las reglas del juego. Decidir si el fosforo perdedor sería el más largo o el más corto. Hoy, bajo este sol abrasante, cada quien se ha comido sus propios manos y los remos de la balsa son inútiles para alcanzar la playa.
Black Dot
14 de November de 2018 / 14:23
Naufragio 14 de November de 2018 / 14:23
Black Dot
Taller 16 de November de 2018 / 13:20
Mónica Brasca
 

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