Durante la noche de brujas abandonó sigilosamente su sitio en el tejado de la iglesia. Como no quería ser descubierta, escondió su grotesco aspecto tras una máscara con peluca para luego ocultar alas y espolones entre colgantes de terciopelo.
Satisfecha, fue al ayuntamiento a vivir la fiesta de disfraces, ubicándose en un rincón mientras el jurado anunciaba el mejor embozo.

Pasada la media noche, premiaron su fastuoso disimulo de gárgola.
Condor
25 de September de 2018 / 12:22
Se leccionada del día doce de agosto, 2018: VEREDíCTO 25 de September de 2018 / 12:22
Condor
Lo siento, no vale. 25 de September de 2018 / 12:29
Condor
 

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