En sus ratos de descanso, la vanidosa se baja de una de las cornisas de la catedral y se asoma al espejo para descubrir una respuesta a su aterradora fealdad. Una noche se acerca aún más y se tranquiliza al ver que quien está al frente no es ella, es una gárgola.
Marcial Fernández
25 de September de 2018 / 15:52
Sel. día 4, "La otra", por Esleongo 25 de September de 2018 / 15:52
Marcial Fernández
 

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