Al ser condenados a vivir en la tierra, a los ángeles caídos se les dañó la blanquísima piel y las alas, acostumbradas al éter, se desplumaron con la lluvia y el viento. Huyendo del sol y los elementos, el grupo de exiliados se escondió en las catacumbas y, cuando la oscuridad los hizo cambiar, emergieron en forma de criaturas nocturnas. Se les prohibió estar dentro de los templos, pero tampoco podían habitar con los hombres sin provocarles horror. Así es que, lejos de la vista de los mortales y lo más cerca posible de Dios, las gárgolas tomaron sitio en los tejados de las iglesias.
Malvadisco
18 de September de 2018 / 23:57
Mutantes 18 de September de 2018 / 23:57
Malvadisco
Seleccionada 20 de September de 2018 / 07:11
Carmen Simón
 

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